En el pequeño penal de Santiago de Chile ingresan implicados por casos de corrupción, entre ellos políticos y empresarios. El último privado de libertad de figuración pública es el alcalde de Recoleta, el comunista Daniel Jadue
El título es bastante jailbait. Es la cárcel de baja seguridad, pero no es un nuevo capuchino según el mismo artículo
Según un informe de 2017 del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), las celdas de Capitán Yáber miden aproximadamente unos cuatro metros cuadrados y albergan a dos personas como máximo, mientras que cada habitación tiene catres metálicos para una litera. “No tienen ventanas, por lo que no hay luz natural ni es posible ventilar el lugar. Sí hay luz artificial que proviene de tubos fluorescentes y lámparas, cuyos interruptores son controlados por los internos”
Quienes conocieron ambas cárceles, Capitán Yáber y Capuchinos, dicen que coinciden sólo en el tipo de delitos, pues la amplitud de los espacios no es comparable.
El título es bastante jailbait. Es la cárcel de baja seguridad, pero no es un nuevo capuchino según el mismo artículo